jueves, 27 de diciembre de 2012

La Batalla del Cerrito

La llegada al poder del Segundo Triunvirato, permitió reiniciar el sitio de Montevideo hacia octubre de 1812, con fuerzas al mando de José Rondeau. Sobre el río Uruguay había una segunda fuerza, al mando de Domingo French, además de las milicias de Artigas, que no se habían sumado aún al sitio por desavenencias con el jefe político Manuel de Sarratea. De todas formas, el ejército sitiador logró expulsar a los realistas de Colonia del Sacramento y sitiar por completo Montevideo.
 Las fuerzas realistas eran numéricamente superiores a las sitiadoras pero su fidelidad a la causa que defendían era dudosa. Como jugaba la falta de refuerzos, municiones y armamento de los sitiadores, el general Gaspar de Vigodet decidió enfrentar a sus enemigos pero justo la noche antes de hacerlo, Rondeau recibió un importante refuerzo y vituallas. La mañana del 31 de diciembre, Gaspar de Vigodet y el brigadier Vicente Muesas atacaron con unos 2.300 hombres y 8 cañones las posiciones de Rondeau, que sólo contaba con 1.000 soldados y 2 cañones. Éste atrincheró a su infantería en una loma alta lamada el Cerrito (cercana al Cerro de Montevideo). Allí lo atacó Muesas, desplazando al regimiento N° 6, al mando del teniente coronel Miguel Estanislao Soler, expulsándolos barranca abajo. Luego atacó al otro cuerpo de infantería, el regimiento N° 4, al mando de Ventura Vázquez, que logró sostener su posición por unos minutos. Soler reunió a sus soldados,negros libertos, y contraatacó cuesta arriba sorprendiendo a los españoles, en ese momento que fue muerto de un tiro el brigadier Muesas. Al atacar el Cerrito, los realistas habían dejado abajo los cañones, que casi no participaron en la lucha y finalmente fueron expulsados del Cerrito y atacados por la caballería patriota, al mando de Rafael Hortiguera. Ello completó la victoria patriota y la dispersión del enemigo.
Los patriotas perdieron 90 muertos y 40 prisioneros, además de un cañón. Los realistas tuvieron 100 muertos, 146 heridos y 30 prisioneros. Pero, sobre todo, ya no intentaron ninguna otra salida de sus murallas. Ni siquiera cuando, un año más tarde, Artigas abandonara el sitio por un serio desacuerdo con la política de Buenos Aires, dejando buena parte del sitio indefenso. La victoria del Cerrito fue definitoria sobre el desarrollo futuro de las operaciones en tierra. Sin embargo, la ciudad se mantenía firme en la defensa, abastecida por el río de la Plata con alimentos y refuerzos. La solución a este sitio sólo se logró durante el año 1814, con las victorias navales de Guillermo Brown, que obligó a Vigodet a rendirse ante un ejército apenas algo más grande que el que había tenido Rondeau. Rondeau fue ascendido al grado de general, y ejercería el comando del Ejército del Norte, y por dos veces el cargo de Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Soler fue ascendido a coronel y llegaría más tarde a general. Vázquez fue ascendido a coronel, y el comandante Hortiguera a teniente coronel, llegando más tarde a coronel.
En Buenos Aires, la calle Cerrito recuerda el episodio.

Nota elaborada en base a Wikipedia
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